domingo, 6 de octubre de 2013

Abducción de Betty y Barney Hill

 Abducción de Betty y Barney Hill

 
Betty y Barney Hill fueron un matrimonio estadounidense que alcanzó la fama luego de afirmar que habían sido secuestrados por supuestos seres extraterrestres entre el 19 y el 20 de septiembre de 1961. La historia narrada por la pareja, comúnmente denominada la “abducción de los Hill” y ocasionalmente “el incidente Zeta Reticuli”. El suyo fue el primer caso ampliamente publicitado de un supuesto secuestro extraterrestre, adaptada en el exitoso libro de 1966 The Interrupted Journey (“El viaje interrumpido”) y en una película para la televisión.
El encuentro OVNI, un punto de luz brillante en el cielo

Al anochecer del 19 de septiembre de 1961, los Hill estaban conduciendo de regreso a la localidad de Portsmouth de una vacaciones en el interior del estado de Nueva York, además de en las provincias canadienses de Ontario y Quebec. Ya que era tarde en la noche, y debido a que la temporada alta turística de verano ya había finalizado, había pocos automóviles en la carretera mientras viajaban hacia el sur. Al sur de la pequeña localidad de Groveton (en el estado de Nuevo Hampshire) supuestamente observaron un punto brillante de luz en el cielo. Inicialmente pensaron que estaban observando una estrella fugaz, sólo que luego se dieron cuenta de que “caía” hacia arriba, antes de detenerse cerca de la entonces Luna creciente. Mientras que Barney se estaba desplazando por la Ruta 3 de los Estados Unidos, Betty pensó que ella estaba observando un satélite artificial, y le pidió a Barney que detuviese el auto para mirarlo más de cerca, así como para pasear a su perro Delsey. Preocupado acerca de la posible presencia de osos en el área, Barney sacó la pistola que había escondido en el baúl o maletero del vehículo. Betty, cuya hermana le había confesado haber tenido un avistamiento de un platillo volador varios años antes, observó el objeto mediante binoculares a medida que este se movía delante de la cara de la luna, emitiendo luces multicolores centelleantes. Barney, quien no había observado la nave, pensó que la luz provenía de una aeronave convencional. Por su parte, Betty se sentía perpleja acerca de la naturaleza no convencional del objeto.
 Un supuesto objeto con forma de disco 

 


Los Hill informaron posteriormente que habían continuado conduciendo sobre la aislada y casi abandonada carretera, desplazándose muy lentamente para poder observar el objeto a medida que éste se les acercaba cada vez más. Aunque el objeto era esporádicamente oscurecido por los picos de las montañas cercanas, parecía moverse al unísono con la topografía de la región. También bajó frente a los picos y descendió lentamente en su dirección. En determinado momento el objeto pareció aterrizar sobre la cima de la montaña Cannon, pero luego rápidamente volvió a moverse. Por momentos, parecía el patrón de vuelo de una pelota en un juego de paleta, rápidamente aproximándose al vehículo de los Hill y entonces retrocendiendo.


Supuestas figuras humanoides



Aproximadamente 1,5 km al sur de la pequeña localidad de Indian Head, la gigantesca nave rápidamente descendió hacia el vehículo de los Hill, causando que Barney se detuviese directamente en el medio de la autopista. Después de abrir la puerta de auto para observar el objeto más de cerca, puso su pistola en un bolsillo y tomó sus binoculares. La nave descendió a unos 25-30 metros sobre el coche, un Chevrolet Bel Air de 1957, y llenaba todo el campo de visión del parabrisas, a través del cual Betty lo estaba observando. Barney se apartó del vehículo y se movió más cerca del objeto, el cual oscilaba como un péndulo desde el lado izquierdo del auto, hacia el área derecha sobre el campo adyacente. Usando los binoculares, Barney afirmó haber visto entre unas 8 y 11 figuras humanoides que estaban mirando desde las ventanas de la nave, pareciendo mirarlo curiosa o inquisitivamente. De repente, con precisión militar, todas menos una de las figuras se movieron hacia lo que parecía ser un panel de instrumentos, como si fuesen a realizar una tarea importante. La figura restante continuó mirando a Barney y le comunicó un mensaje a éste último: “Quédate donde estás y sigue mirando”. En ese instante, de lo que parecían ser aletas como alas de murciélago comenzaron a aparecer luces rojas por los lados de la nave y una larga estructura descendió de la parte inferior de la misma. La silenciosa nave se aproximó a una distancia que Barney estimó entre unos 50 y 80 pies (unos 15-25 metros) sobre su cabeza, y unos 50-100 (15-30 m) de distancia de él. De repente, y abrumado por el miedo, Barney se quitó rápidamente los binoculares de su vista y corrió de regreso hacia su auto, gritando “¡Nos van a capturar!” Antes de ingresar al automóvil, observó el objeto nuevamente cambiar de ubicación, hasta posicionarse directamente sobre el automóvil. Se dieron a la fuga a alta velocidad, mientras Barney le decía a Betty que mirase hacia el cielo buscando la posición del objeto. Ella bajó la ventanilla y miró hacia arriba, pero sólo vio oscuridad sobre ellos. Fue entonces cuando Barney tuvo miedo de que el objeto podía encontrarse realizando un vuelo estacionario sobre el auto, bloqueándole a Betty la visión de las estrellas.


Una fatiga residual


Casi inmediatamente, una serie de sonidos mecánicos, lo suficientemente ruidosos como para hacer vibrar el vehículo, parecieron venir de la parte trasera del automóvil. Betty tocó el metal de la puerta del acompañante, esperando sentir una descarga eléctrica, pero sólo sintió la vibración. Los Hill dirían después que experimentaron los síntomas de un estado de conciencia alterado que había dejado sus mentes atontadas (o adormecidas), y que también sintieron una sensación de hormigueo (tingling) a través de sus cuerpos. Cuando pasaron a través de la localidad de Plymouth, otra serie de sonidos tipo “bip” parecían provenir de la parte trasera del auto. Barney detuvo el vehículo y condujo erráticamente de lado a lado de la carretera para intentar reproducir aquel zumbido. No obstante, no pudo recrearlo. Cuando el extraño sonido hubo terminado, Betty le preguntó a su pareja: ¿Ahora crees en los platillos voladores?”. Irritado, Barney le contestó “No seas ridícula”.
 Extrañas sensaciones 


Luego de llegar a su hogar cerca del amanecer, los Hill afirmaron que tenían algunas extrañas sensaciones e impulsos que no podían explicar del todo. Betty insistía en que el equipaje debía ser colocado cerca de la puerta trasera, más que en el frente de la casa. Barney notó que la tira de cuero de los binoculares estaba torcida, aunque no recordaba haberla dejado así. Barney además dijo que se sentía compelido a examinar sus genitales en el baño, aunque no encontró nada inusual en ellos. Tomaron largas duchas para remover toda la posible contaminación a la que habrían sido expuestos y luego cada uno de ellos realizó un dibujo de lo que habían observado. Sus ilustraciones eran extrañamente similares. Perplejos, los Hill dijeron que habían tratado de reconstruir la cronología de los sucesos después de haber observado al OVNI por primera vez y de haber conducido de regreso a su hogar. Pero inmediatamente después de haber escuchado el anteriormente mencionado zumbido (que Betty más tarde describiría como “microondas”), sus respectivas memorias se habían vuelto incompletas o fragmentadas, y no podían determinar una cadena de eventos continua. Barney recordó haber dicho “Oh, no, no otra vez”, aunque no logró ubicar dicho comentario en contexto.Luego de dormir durante algunas horas, Betty se despertaba y colocaba los zapatos y ropa que había usado durante el viaje en su armario, observado que el vestido estaba doblado en el área del forro, del dobladillo y del cierre cremallera. Temerosa de haber sido expuesta a radiación, Betty dijo que nunca más volvió a usar esas prendas. Después, cuando Betty las volvió a sacar de su ropero, notó un polvo rosáceo sobre su vestido, pero no tenía idea acerca de dónde éste podría haber provenido. Inicialmente se deshizo de dicha prenda, pero luego cambió de opinión, recuperándolo y colgándolo en un perchero. El polvo se desvaneció en el viento, aunque Betty comentó que quedaron algunas manchas rosadas sobre el vestido. Con el paso de los años, cinco laboratorios realizaron análisis químicos y forenses al vestido. 

El ingreso a la supuesta nave 
 

En sus sueños, Betty Barney y los pequeños seres caminaban por una rampa hacia una nave con forma de disco de apariencia metálica. Una vez adentro de ella, Barney y Betty fueron separados. Ella protestó al respecto, por lo que un ser -al que ella posteriormente comenzó a llamar “el líder”- le dijo que si Barney y ella eran examinados juntos tomaría mucho más tiempo realizar las pruebas. Entonces Barney y ella fueron llevados a salas separadas. Aunque el líder y los otros seres le hablaban en inglés, su dominio del idioma parecía ser imperfecto, y tenían dificultad en comunicarse. Betty entonces soñó que este nuevo ser, similar a los otros, ingresó a realizar su examen junto al líder. Betty llamó a este otro ser “el examinador” y dijo que él tenía modales calmos y placenteros. Examen rápido y unas pocas pruebas El “examinador” le habría dicho a Betty que le realizaría un examen rápido y unas pocas pruebas para constatar las diferencias entre los seres humanos y los seres de la supuesta nave. La sentó en una silla, y se le enfocó una luz brillante sobre ella. El ser cortó un mechón del pelo de Betty. Examinó sus ojos, orejas, boca, dientes, garganta y manos. Guardó uñas de los dedos de la mano de ella. Luego de examinar sus piernas y pies, el ser usó una suerte de cuchillo romo o escalpelo, similar a un abridor de cartas, para raspar y extraer algo de piel hacia un pequeño contenedor de vidrio similar a una diapositiva. El “doctor” le sacó el vestido a Betty. Le dijo que se recostase sobre una mesa. Diciendo que estaba examinando su sistema nervioso, le pasó un aparato que se parecía a un dispositivo EEG (para realizar electroencefalografías) sobre la parte frontal y posterior de su cuerpo. El “doctor”se limpió sus manos con un líquido y se puso guantes similares a los quirúrgicos. Sacó una aguja hipodérmica de unos 10 a 15 cm de longitud para realizar lo que dijo que se trataba de un examen de embarazo. Usó un hisopo de algodón mojado sobre su ombligo. Le empujó la aguja hacia el mismo, lo que le causó a Betty un gran dolor, pero el “doctor” le frotó su frente, y pronto el dolor desapareció. 
La dentadura de Barney Se le dijo a Betty que su examen estaba completo y que pronto ella y Barney serían regresados a su automóvil. Ella comenzó a conversar con el líder, sólo para ser interrumpida cuando otro ser irrumpió en la habitación y -aparentemente excitado- habló con el líder en un idioma extraño. Apresuradamente abandonaron el cuarto, dejando a Betty sola. Luego de regresar en unos minutos, el líder examinó la boca de Betty y parecía estar intentando de extraer dientes de su boca. Cuando esto fue infructuoso, el líder preguntó por qué sus dientes estaban fijos mientras que los de Barney salieron de su boca. Riéndose, Betty les dijo que Barney usaba una dentadura, porque los humanos con frecuencia pierden sus dientes a medida que envejecen. El líder parecía incapaz de entender el concepto de vejez o de edad avanzada; entonces ella le intentó explicar lo que era un año terrestre, pero él tampoco parecía entenderlo. Betty solicita un artefacto En el sueño, Betty le preguntó al líder si podía tomar artefacto o dispositivo de la nave como prueba o evidencia de la existencia de tal encuentro. El líder le permitió tomar un libro grande cuyas páginas estaban llenas de símbolos agrupados en columnas. Entonces ella preguntó al líder de dónde provenían él y su nave. Betty escribió que, en respuesta, el líder en la pared “desplegó un mapa, extraño para mí... era un mapa de los cielos” marcado con numerosas estrellas y planetas. Había diferentes tipos de líneas entre algunas de las estrellas que denotaban, según se le comentó, rutas de comercio y de exploración. El líder le preguntó a Betty si ella sabía donde estaba localizada la Tierra en el mapa estelar. Betty respondió que no, ya que no estaba familiarizada con dicho mapa. El líder entonces dijo que debido a la ignorancia de ella, era imposible explicarle de donde provenían.

El abandono de la nave  
Betty entonces sugirió que la humanidad desearía encontrarse con otros habitantes del universo y trató de persuadir al líder de anunciar abiertamente su presencia en la Tierra. En medio del pedido de Betty, los seres llevaron a Barney a la misma habitación. Parecía encontrarse en un estado de aturdimiento. Los entes comenzaron a escoltar a los Hill fuera de la nave, aunque estalló una discusión entre ellos en el extraño idioma en el que habían hablado antes. El líder entonces tomó el libro grande que tenía Betty. Ella protestó, diciendo que el libro era su única prueba del encuentro. El líder dijo que él personalmente no se preocupaba si ella se quedaba con el libro, pero los otros miembros de la nave no querían ni que ella recordase el encuentro. Betty insistió en que no importaba qué le hiciesen a su memoria, ella algún día recordaría los sucesos. Barney y ella fueron trasladados hasta su automóvil, dónde el líder les sugirió que esperaran para observar la partida de la nave. Así lo hicieron, y luego reanudaron su viaje. Betty declaró que el suceso había sido milagroso y excitante, pero Barney no dijo nada al respecto.
Consecuencias de los sueños de Betty. Un sueño de Betty concluía con aquella pregunta de ella “¿Ahora crees en los platillos voladores?” anteriormente citada, a la que un irritado Barney respondía “No seas ridícula”. Mientras que Betty pensaba que los sueños podían reflejar sucesos verdaderos, Barney era más escéptico al respecto, pensando que su esposa había simplemente tenido varios sueños inusualmente vívidos.

Tiempo perdido  


El 25 de noviembre de 1961, los Hill fueron nuevamente entrevistados en profundidad por miembros del NICAP, esta vez por C.D. Jackson y Robert E. Hohman. Habiendo leído el informe especial de Webb, Jackson y Hohman tenían varias preguntas para los Hill. Una de sus principales estaba relacionada a la duración del viaje. Ni Webb ni los Hill habían notado que, aunque el viaje debería haber tomado aproximadamente unas cuatro horas, no llegaron a su hogar hasta unas siete horas después de su partida. Cuando Hohman y Jackson les hicieron notar esta discrepancia a los Hill, lo pareja quedó anonadada, no teniendo explicación para la misma (una circunstancia análoga a la amnesia frecuentemente informada en los supuestos casos de abducción alienígena o secuestro extraterrestre, que los ufólogos comenzarían a denominar “tiempo perdido”). No obstante, Betty era capaz de recordar una imagen de la Luna brillando en el suelo. Según escribiría Clark, a pesar de “todos sus esfuerzos los Hill no podían recordar casi nada de las 35 millas [55 km] entre Indian Head y Ashland. Entonces entró en escena el tema de la hipnosis. Tal vez ella pudiese destrabar los recuerdos perdidos. Barney era aprensivo o receloso acerca de dicha técnica, pero pensó que podría ayudar a Betty a poner fin a lo que él mismo describía como “el ‘sinsentido’ de los sueños recurrentes de Betty”. Para febrero de 1962, los Hill estaban realizando frecuentes viajes durante los fines de semana para tratar de encontrar el área de su supuesto encuentro OVNI, con la esperanza de que la localización de dicho sitio contribuyese a desatar más recuerdos. Sin embargo, no tuvieron éxito en encontrarlo durante varios de los años posteriores.

Las sesiones de Barney 
Simon hipnotizó a Barney primero. Sus sesiones fueron a menudo bastante emocionales, con estallidos de enojo puntuales, expresiones de miedo y episodios de llantos histéricos. Barney dijo que, debido al miedo que tenía, mantuvo sus ojos cerrados durante gran parte del supuesto encuentro OVNI. Basándose en estas respuestas tempranas, Simon le dijo a Barney que no recordaría las sesiones de hipnosis hasta que estuviesen seguros de que él pudiese acordarse de ellas sin traumatizarse más. Bajo hipnosis, Barney también informó que la tira de los binoculares se había doblado cuando el huyó del OVNI de regreso hacia su automóvil. Recordó huir del objeto en el coche, pero que después se sintió irresistiblemente compelido a hacerse a un lado de la carretera, y conducir hacia un bosque. Finalmente vio a seis “hombres” parados en el bosque. Ordenándole a Barney que se detuviese, tres de los seres se aproximaron al auto. Le dijeron a Barney que no les temiese. Todavía estaba ansioso, no obstante, e informó que el líder le dijo que cerrase sus ojos. Mientras estaba hipnotizado, Barney dijo “Sentía como si los ojos hubiesen empujado hacia mis [propios] ojos”. Barney describió a las criaturas en general como similares a las descritas por Betty bajo hipnosis (no en sus sueños previos). No obstante, describió sus ojos como bastante más grandes, extendiéndose incluso hacia los lados de sus cabezas. Las criaturas con frecuencia lo miraban fijamente en sus ojos, dijo Barney, con un efecto aterrorizador e hipnotizante. Bajo hipnosis, Barney dijo cosas del tipo “Sólo los ojos me están hablando” y “Todo lo que veo son estos ojos... Ni siquiera tengo miedo de que no estén conectados a un cuerpo. Sólo están ahí. Sólo están cerca de mí, presionando contra mis ojos”. Barney relató que Betty y él fueron llevados hacia la nave de forma de disco, donde ambos fueron separados. Llevado a un cuarto por tres de los seres de baja estatura. Barney fue desvestido por ellos y entonces se le dijo que se recostase sobre una mesa rectangular. A diferencia de Betty, la narrativa de Barney del examen era fragmentada, y mantuvo sus ojos cerrados durante la mayor parte del mismo. Se le colocó un dispositivo similar a una taza sobre sus genitales. Aunque no experimentó un orgasmo, Barney pensó que le habían extraído una muestra de esperma. Los seres rasparon su piel e inspeccionaron sus orejas y boca. Le insertaron un tubo o cilindro en el ano. Además alguien palpó su columna vertebral y parecía estar contando sus vértebras. Mientras que Betty informó de conversaciones extendidas en inglés con las criaturas, Barney dijo que los escuchó murmurando en un idioma que no entendía. Las pocas veces que se comunicaron con él, Barney dijo que parecía ser “transferencia de pensamiento”; en ese tiempo, él no estaba familiarizado con la palabra “telepatía”. Recordó haber sido escoltado fuera de la nave, y llevado de regreso hacia su automóvil, el cual ahora se encontraba cerca de la carretera y no en el bosque. Aturdido, observó partir a la nave. Barney recordó una luz que aparecía sobre la carretera, mientras decía “Oh no, no otra vez”. Recordó la especulación de Betty acerca de que tal luz podría haber sido la Luna, aunque ésta de hecho se había puesto varias horas antes. Las sesiones de hipnosis de Betty no tuvieron tantos incidentes. Bajo la misma, su recuento de los hechos fue muy similares a los eventos de sus recurrentes sueños o pesadillas acerca del supuesto encuentro OVNI, a excepción de dos notables diferencias: bajo hipnosis los seres bajos no tenían grandes narices, y no poseían cabello. Simon también le sugirió a Betty que dibujase un bosquejo del “mapa estelar”. Ella dudó al respecto, pensando que sería incapaz de representar con precisión o exactitud la calidad tridimensional del mapa que dijo haber visto en la nave. Finalmente, no obstante, ella hizo lo que Simon le sugirió. Aunque ella dijo que el mapa tenía muchas estrellas, sólo dibujó aquellas que permanecían destacadas en su memoria. Su mapa consistía de doce estrellas prominentes conectadas por líneas y tres más pequeñas o menos brillantes que formaban un triángulo distintivo. Mencionó que le habían dicho que las estrellas conectadas por líneas sólidas formaban “rutas de comercio” mientras que las líneas puntuadas eran de estrellas con menor tráfico (interestelar).

Las conclusiones del Dr. Simon


Luego de extensas sesiones hipnóticas, el Dr. Simon concluyó que el recuerdo de Barney acerca del supuesto encuentro OVNI era una fantasía inspirada por los recurrentes sueños de Betty. Aunque Simon admitió que esta hipótesis no explicaba cada aspecto de la experiencia, él pensó que era la explicación más plausible y consistente. Barney rechazó esta idea, notando que mientras que sus memorias en algún respecto se entretejían, también habían porciones de cada una de sus narrativas que eran únicas. De hecho, Barney estaba ahora listo o dispuesto a aceptar que habían sido secuestrados por los ocupantes de un OVNI, aunque nunca abrazó dicha idea tan completamente como Betty lo había hecho. Aunque los Hill y Simon no estaban de acuerdo acerca de la naturaleza del caso, todos coincidieron en que las sesiones hipnóticas fueron efectivas: de hecho, los Hill ya no fueron más atormentados por pesadillas o ansiedad acerca de tal supuesto encuentro OVNI. Después Simon escribió un artículo sobre los Hill para la publicación especializada en psiquiatría Psychiatric Opinion, explicando en sus conclusiones que el caso era una “aberración psicológica singular”.


Abduccion Extraterrestre - Caso Betty y Barney 

Hill por Grises en Ovni 



Abducciones ET - Caso Betty y Barney Hill





¿Eran los mayas extraterrestres híbridos con un gran concentración de DMT en la sangre?

¿Eran los mayas extraterrestres híbridos con un gran concentración de DMT en la sangre? 

Un nuevo libro formula la hipotésis de que los mayas tuvieron algún tipo de contacto con una civilización extraterrestre la cual pudo haberlos modificado para que obtuvieran grandes cantidades de DMT en la sangre

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Pocas culturas para detonar estrafalarias teorías sobre su origen y su desaparición como los mayas –una civilización cuyo desarrollo matemático y arquitectónico para algunas personas resulta inexplicable sin invocar asistencia cósmica. Un nuevo libro, Ancient Aliens in Australia, propone que esta civilización fue influenciada por extraterrestres de las Pléyades, quienes genéticamente habrían intervenido para aumentar la conciencia o manipular a este pueblo. La teoría se correlaciona con su otra desaforada propuesta de que los abórigenes australianos son el eslabón perdido y provienen, según su propia mitología, de las estrellas. Según Bruce Fenton:El centro de la tesis es que seres de las Pléyades jugaron un papel primordial en el desarrollo del Homo Sapiens Sapiens. Mi parte favorita de mi trabajo fue la hipótesis de que híbridos humanos pleyadianos en Palenque tenían altos niveles de DMT endógeno en la sangre, por esto su sangre era considerada una ofrenda sagrada y una llave para abrir dimensiones espirituales. Por lo que sé está idea nunca ha sido propuesta antes para explicar porque los Señores Mayas (algunos de los cuales podrían haber sido híbridos) eran los únicos que tenían sangre apropiada para los rituales.Las ideas de Fenton no son del todo novedosas en tanto a que siguen la línea de investigación de autores como Zecharia Sitchin, Erich von Däniken y Graham Hancock, las cuales pueden ser agrupadas en la teoría de los “antiguos astronautas”, relacionada también a la versión de que los Annunaki, los dioses sumerios, eran entidades celestes que minaron a los seres humanos. Lo novedos estriba, acaso, en la idea de que el DMT podría haber jugado un papel en sus visiones y en el desarrollo de su cosmogonía. Esta molécula se encuentra de manera natural en la glándula pineal de los seres humanos y es parte de una tradición chamánica particularmente en el Amazonas, quienes la consumen en brebajes como el ayahuasca. También es cierto que el Dr.Cilff Picover ha especulado antes que algunas visiones bíblicas –teofanías como la de Moises– podrían haber sido provocado por la secreción de DMT endógeno. Asimismo, algunas culturas prehispánicas modifican su cuerpo, específicamente partes de su cerebro, algo que quizás pudiera tener que ver con el DMT.
 http://pijamasurf.com/2013/10/eran-los-mayas-extraterrestres-hibridos-con-un-gran-concentracion-de-dmt-en-la-sangre/

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Los Mayas y los extraterrestres