Proyecto Libro Azul
El Proyecto Libro Azul fue una serie
de estudios sobre ovnis por parte de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos
(USAF). Fue el segundo renacimiento de este tipo de estudio, comenzado en 1952,
y estuvo activo hasta diciembre de 1969.
El objetivo del Proyecto Libro Azul
era determinar si los ovnis eran una amenaza potencial para la seguridad
nacional. Se recogieron, analizaron y archivaron miles de informes ovni. Este
ha sido el último proyecto de la USAF relacionado con ovnis que se haya hecho
público hasta ahora. Según Ruppelt, hacia finales de 1951,
varios generales de alto rango muy influyentes de la USAF estaban tan
descontentos con el estado de las investigaciones ovni de las Fuerzas Aéreas
que desmantelaron el Proyecto Grudge y lo sustituyeron por el Proyecto Libro
Azul a principios de 1952. Durante el tiempo que duró Libro Azul, finalizado en
1969, se recogieron 12.618 informes ovni, y al final se concluyó que la mayoría
eran malinterpretaciones de fenómenos naturales (nubes, estrellas, etc) o
aviones convencionales. Unos cuantos fueron considerados fraudes. 701 casos
—aproximadamente un 6%— fueron clasificados como inexplicables. Los informes
fueron archivados y están disponibles bajo la Ley de Libertad de Información,
pero los nombres de los testigos y otras informaciones personales han sido
eliminados. El primer jefe del proyecto fue el
capitán Edward J. Ruppelt. Siguiendo sus órdenes, se creó un estándar para
relatar los fenómenos. Ruppelt acuñó oficialmente el término "ovni"
para sustituir a "platillo volante", más sugestivo y poco exacto, que
había sido usado hasta entonces. Dejó las Fuerzas Aéreas algunos años más
tarde, y escribió el libro The Report on Unidentified Flying Objects, que
describía el estudio de los ovnis por parte de la USAF entre 1947 y 1955. El astrónomo J. Allen Hynek era el
consultor científico del proyecto. Trabajó para el proyecto hasta su conclusión
y creó el concepto que hoy se conoce como "encuentros cercanos". Era
un gran escéptico cuando comenzó, pero dijo que su escepticismo se suavizó
durante la investigación, después del análisis de unos informes ovni que
parecían inexplicables.
El Comité Robertson
En julio de 1952, después de haber
recabado durante los meses anteriores información sobre cientos de
avistamientos, se produjeron una serie de observaciones visuales coincidiendo
con detecciones por radar cerca del Aeropuerto Nacional de Washington D.C.
Estas observaciones condujeron a la CIA a establecer un comité de científicos
que incluía a varios físicos, meteorólogos, ingenieros, y un astrónomo (Hynek),
encabezados por el doctor H. P. Robertson, un físico del Instituto Tecnológico
de California. El comité Robertson se reunió por primera vez el 14 de enero de 1953. Ruppelt, Hynek y otros presentaron las
mejores pruebas que habían sido recogidas por Libro Azul, incluyendo una
filmación. Después de estar sólo 12 horas repasando 6 años de informaciones, el
comité Robertson concluyó que la mayor parte de los casos ovni tenían
explicación racional, y que todos podrían ser explicados con una investigación
más profunda, que consideraron que no valía la pena. En su informe definitivo, resaltaron
que había numerosos informes de poco valor sobrecargando los canales de
inteligencia, lo cual acentuaba el riesgo de omitir una supuesta amenaza real a
EEUU. Por lo tanto, recomendaron a las
Fuerzas Aéreas restar importancia al tema de los ovnis y emprender una campaña
de desacreditación para disminuir el interés público, aconsejaron usar los
medios de comunicación, incluyendo a la compañía Walt Disney, y a psicólogos, astrónomos
y famosos para ridiculizar el fenómeno y proponer explicaciones convencionales.
Además, los grupos de aficionados al tema ovni "deberían ser vigilados
debido a su potencial influencia sobre el pensamiento de masas. La evidente
irresponsabilidad y el posible empleo de estos grupos para objetivos subversivos
deberían tenerse en cuenta". En definitiva, el comité Robertson
recomendaba que la opinión pública fuese controlada mediante un programa de
espionaje y propaganda oficial. Muchos ufólogos creen que estas recomendaciones
son la base de la política de las Fuerzas Aéreas en cuanto al fenómeno ovni, no
sólo inmediatamente después del informe del comité Robertson, sino también en
la actualidad. Consecuencias del comité Robertson. En su libro, Ruppelt describió la
desmoralización del personal de Libro Azul al eliminar la investigación de sus
funciones tras la formación del comité Robertson. En febrero de 1953, como
consecuencia de las recomendaciones del comité Robertson, las Fuerzas Aéreas
pusieron en marcha la regulación 200-2, que permitía a los oficiales de las
bases aéreas hablar públicamente de los incidentes ovni sólo si habían sido
convenientemente explicados. Asimismo, todos los casos no resueltos debían ser
clasificados para mantenerlos lejos de la opinión pública. Ese mismo mes, las labores de
investigación fueron asumidas por la recién formada 4602 AISS (Air Intelligence
Squadron, Escuadrilla de Inteligencia de Aire), dependiente del mando de
defensa aérea. La 4602 AISS tenía el deber de investigar únicamente los casos
ovni más importantes, es decir, los que supusieran un riesgo para la
inteligencia o la seguridad nacional. Estos casos se eliminaron del programa de
Libro Azul, que fue relegado a estudiar los informes más simples. El general Nathan Twining, que impulsó
el Proyecto Signo en 1947, era por entonces el jefe de personal de las Fuerzas
Aéreas. En agosto de 1954, recibió la misión de depurar responsabilidades en el
seno del 4602 AISS publicando una regulación 200-2 actualizada para las Fuerzas
Aéreas. Además, los ovnis fueron definidos como "cualquier objeto
aerotransportado que por su funcionamiento, características aerodinámicas, o
rasgos insólitos, no se ajusta a las características de ningún avión o misil
conocido en este momento, o simplemente que no pueda ser identificado como un
objeto común". La investigación ovni fue declarada secreta por motivos de seguridad
nacional, y tenía el objetivo de averiguar "aspectos técnicos." En la
regulación 200-2 se declaraba de nuevo que Libro Azul podría hablar de casos
ovni con los medios de comunicación sólo si se trataba de fenómenos
identificables. Si fueran no explicables, la única información que debía darse
a los medios era que la situación estaba siendo analizada. También ordenaron a
Libro Azul reducir el número de no identificados al mínimo. Todo esto se hizo en secreto. La tarea
de cara al público de Libro Azul siguió siendo la investigación ufológica
oficial, pero la realidad era que se había reducido a una organización tapadera
que apenas hacía investigaciones complejas. Se había convertido casi únicamente
en un equipo de relaciones públicas con la misión de desacreditarlo todo, por
citar un ejemplo, a finales de 1956, el número de casos catalogados como no
resueltos había bajado a apenas el 0.4 por ciento, desde las cotas del 20 a
30 % de apenas unos años antes. Cuando el frustrado Ruppelt abandonó
en agosto de 1953, habían reducido su personal a dos subordinados y él mismo.
Su suplente era un oficial no comisionado. Todos los que le sucedieron como
directores de Libro Azul manifestaron apatía o incluso hostilidad rotunda al
asunto ovni, o fueron obstaculizados por la carencia de financiación y apoyo
oficial. La breve permanencia de Ruppelt en
Libro Azul es considerada como el periodo de máximo apogeo de las
investigaciones ufológicas públicas. Por aquel entonces, las investigaciones
eran tratadas seriamente y tenían el apoyo de las altas esferas. A partir de
entonces, el Proyecto Libro Azul cayó en desgracia, y nunca resurgió.
Informe especial nº 14 del Proyecto
Libro Azul
Libro Azul
A finales de diciembre de 1951,
Ruppelt se reunió con los miembros del Instituto Conmemorativo Battelle, un
grupo de expertos establecido en Columbus, Ohio, cerca de la base aérea
Wright-Patterson. Ruppelt pidió a estos expertos ayuda para poder investigar el
asunto de un modo más científico. Así, el Instituto de Battelle fue quien creó
el reportaje estandarizado. Comenzando a finales de marzo de 1952, el Instituto
comenzó a analizar los informes y la codificación de aproximadamente 30 de sus
características en tarjetas de IBM para el análisis informático. El informe especial nº 14 del Proyecto
Libro Azul era un análisis estadístico masivo de los casos analizados por Libro
Azul hasta aquel momento, unos 3.200 cuando el informe quedó completado, en 1954.
Incluso hoy sigue siendo el estudio ufológico más grande jamás emprendido.
Battelle empleó a cuatro analistas científicos, que procuraron clasificar los
casos entre "explicable", "inexplicable", y una tercera
categoría "con información insuficiente". Los dos primeros tipos se
clasificaron a su vez en cuatro categorías de calidad, de excelente a pobre.
Por ejemplo, los casos considerados excelentes típicamente implicaban a testigos
experimentados, como pilotos comerciales o personal militar entrenado, o
múltiples testigos, corroborando las afirmaciones con pruebas, como detecciones
de radar, fotografías u otro tipo de material tangible. Para que un caso pasara
a ser considerado "explicable", era necesario sólo que dos analistas
por separado tuvieron que estar de acuerdo sobre la solución. Sin embargo, para
que un caso fuera "desconocido", se necesitaban cuatro analistas que
estuvieran de acuerdo. De este modo, el criterio para un
"inexplicable" era bastante riguroso. Además, las observaciones fueron
clasificadas mediante seis características diferentes - color, número, duración
de la observación, resplandor, forma y velocidad - y luego estas
características fueron ajustadas a los casos explicables e inexplicables para
ver si hubiera una diferencia estadística significativa. Los resultados principales del
análisis estadístico eran: Aproximadamente el 69% de los casos se
encontraron explicables o identificables; un 9% carecía de información
suficiente. El 22% se consideraron "inexplicables", algo por debajo
del valor inicial del 28% de los estudios de las Fuerzas Aéreas, pero todavía
una fracción muy significativa. En la categoría de
"explicables", el 86% de los fenómenos eran debidos a aviones o
globos, o tenían explicaciones astronómicas. Sólo el 1,5% de todos los casos
eran psicológicos o casos "de chiflados". Una categoría
"mixta" comprendía el 8% de todos los casos e incluía posibles
fraudes. Cuanto más alta fuese la calidad del
caso, más probabilidades tenía de ser clasificado como desconocido. El 35% de
los casos excelentes fueron considerados "desconocidos", mientras que
sólo lo fueron el 18% de los casos más pobres. Este era el resultado de la
antítesis predicha por los escépticos, que por lo general argumentaban que los
"inexplicables" eran casos de menor calidad, al implicar testigos no
fiables, que podrían ser solucionados si se dispusiera de mejor información. En las seis características
estudiadas, los casos "inexplicables" se diferenciaron de los
"explicables" en un nivel estadísticamente insignificante: en cinco
de las seis medidas las probabilidades de que fuese explicable o inexplicable
se diferenciaban por casualidad en un 1 % o menos. Cuando las seis
características se consideraron juntas, la probabilidad de que coincidiera en uno
u otro tipo era de menos de 1 entre mil millones. A pesar de esto, la conclusión del
informe definitivo del Instituto Battelle declaró era "sumamente
improbable que cualquiera de los informes de avistamientos de objetos no
identificados represente acontecimientos tecnológicos fuera de la gama de
conocimiento actual". Algunos investigadores posteriores,
incluyendo al Doctor Bruce Maccabee, quien repasó los datos en profundidad, han
advertido que las conclusiones de los analistas estaban por lo general en
desacuerdo con sus propios resultados estadísticos, mostrados en 240 dibujos,
tablas, gráficos y mapas. Se dice que los analistas simplemente pudieron haber
tenido problemas si hubieran acabado aceptando sus propios resultados, o quizás
pudieron haber escrito las conclusiones para satisfacer el nuevo clima político
dentro de Libro Azul después del comité Robertson. Cuando las Fuerzas Aéreas finalmente
hicieron público el informe especial nº 14 en octubre de 1955, se dijo que
dicho informe había demostrado científicamente que los ovnis no existían. Los
críticos de esta reclamación responden que el informe en realidad demostró que
el número de "inexplicables" era claramente diferente al de
"explicables" en un muy alto nivel de importancia estadístico. Las Fuerzas Aéreas también aseguraron,
de forma incorrecta, que sólo el 3% de los casos estudiados eran desconocidos,
en vez del 22% real. Incluso afirmaron que el 3% restante probablemente
desaparecería si se pudiera disponer de más datos. Los críticos (¿Quiénes?)
contestan sobre esto que no se hizo caso del hecho que los analistas ya habían
agrupado tales casos en la categoría de "información insuficiente",
mientras que tanto los considerados "explicables" como los
"inexplicables" tenían la información suficiente para hacer una
determinación, también los "inexplicables" tendían a representar los
casos de calidad más altos, en los que se tenía la mejor información y
testimonios.
Conclusiones oficiales del Proyecto
Libro Azul
Libro Azul
El Proyecto Libro Azul declaró que las
observaciones de ovnis fueron generadas debido a:
- Histeria de masas.
- Individuos que inventan casos fraudulentos para buscar publicidad.
- Personas con psicopatologías.
- Malinterpretación de varios objetos convencionales.
Desde abril de 2003, la USAF ha
indicado públicamente que no hay ningún proyecto inmediato para restablecer
algún programa de estudio ufológico oficial del gobierno. Nótese que estas conclusiones
oficiales de las Fuerzas Aéreas contradicen las que obtuvo su propio
comisionado en el Informe Especial nº 14 de Libro Azul. Los factores
psicológicos y los fraudes en realidad constituyeron menos del 10% de todos los
casos y el 22% de todas las observaciones. Los mejores casos, permanecieron no
resueltos.
Postura oficial de la USAF acerca de
los ovnis
Entre 1947 y 1969, las Fuerzas Aéreas
investigaron los ovnis bajo el Proyecto Libro Azul. El proyecto, con la sede en
la base aérea Wright-Patterson, Ohio, finalizó el 17 de diciembre de 1969. De
las 12.618 observaciones catalogadas por el Proyecto Libro Azul, 701
permanecieron como "inexplicables".
La decisión de interrumpir las
investigaciones ovni se basó en varios factores, como la evaluación de un
informe redactado por la Universidad de Colorado titulado "El estudio
científico de los ovnis", la revisión de este informe por parte de la
Academia Nacional de Ciencias, los casos ovni previamente estudiados y la
experiencia de las Fuerzas Aéreas, que investigó informes ovni entre 1940 y 1969. Como consecuencia de estas
investigaciones, estudios y experiencias, las conclusiones del Proyecto Libro
Azul eran:
1) Ningún ovni sobre el cual hayan
investigado las Fuerzas Aéreas ha supuesto ningún tipo de amenaza a la
seguridad nacional.
2) Las Fuerzas Aéreas no han
encontrado ninguna prueba de que las observaciones clasificadas como "no
identificadas" representen objetos o principios tecnológicos que vayan más
allá de los conocimientos científicos de la época.
3) No ha habido ninguna prueba que
indique que las observaciones clasificadas como "no identificadas"
fueran vehículos extraterrestres.
Con la conclusión del Proyecto Libro
Azul, el establecimiento de la regulación de Fuerzas Aéreas y el control del
programa para investigar y analizar ovnis fueron rescindidos. La documentación
en cuanto a la antigua investigación de Libro Azul fue transferida a la Rama
Moderna Militar, a los Archivos Nacionales y al Servicio de Registros, y está
disponible para la revisión y el análisis públicos. Desde la finalización del Proyecto
Libro Azul, no ha ocurrido nada que pudiera apoyar una reanudación de las
investigaciones ufológicas por parte de las Fuerzas Aéreas. Considerando el
escenario actual, en el que los presupuestos de defensa disminuyen regularmente,
es improbable que las Fuerzas Aéreas se metan de lleno en un proyecto tan
costoso a corto plazo. Hay un número significativo de
universidades y organizaciones científicas que han analizado fenómenos ovni
durante reuniones periódicas y seminarios. El interés y la revisión oportuna de
informes ufológicos por parte de grupos privados asegura que las pruebas
auténticas no sean pasadas por alto por la comunidad científica.
Crítica
Las conclusiones de Libro Azul no
fueron aceptadas por todo el mundo, sin embargo los críticos - incluyendo a
algunos científicos - sugirieron que el Proyecto Libro Azul trabajó de una
forma muy cuestionable o, peor aún, fue una simple tapadera.
Por ejemplo, hay muchos informes
ufológicos, sobre todo nocturnos, referentes al medio oeste y al sudeste de
Estados Unidos en el verano de 1965: algunos testigos en Texas afirmaron que
habían divisado "luces multicolores" y enormes objetos aéreos con
forma de huevos o diamantes. La Oklahoma Highway Patrol divulgó que desde la
base aérea de Hojalatero (cerca de Oklahoma City) se habían rastreado hasta
cuatro ovnis simultáneamente, y que varios de ellos había descendido muy
rápidamente: de aproximadamente 8.000 metros a unos 2.500 en apenas unos
segundos; algo claramente que más allá de las capacidades de un avión
convencional. John Shockley, un meteorólogo de Wichita, Kansas, divulgó que,
usando el radar del servicio meteorológico estatal, rastreó algunos objetos
aéreos que volaban en altitudes entre aproximadamente 2.000 y 3.000 metros.
Éstos y otros informes recibieron una amplia publicidad.
El Proyecto Libro Azul determinó
oficialmente que lo que los testigos vieron en realidad no era más que el
planeta Júpiter o algunas estrellas brillantes. La explicación de Libro Azul fue
extensamente criticada como inexacto. Robert Riser, director de Planetario de
la Fundación de la Ciencia y el Arte de Oklahoma, rebatió duramente la
explicación de Libro Azul. Su réplica fue muy difundida: "está tan lejos
de la realidad como usted pueda imaginar. Estas estrellas y planetas están
sobre el lado opuesto de la tierra vistos desde Oklahoma City en esta época del
año. Las Fuerzas Aéreas deben haber tenido sus aparatos astronómicos al revés
en agosto".
Un editorial del periódico Richmond
News Leader opinó que "los intentos de desacreditar las observaciones
relatadas conforme a la exposición razonada del Proyecto Libro Azul (sic) no
resolverán el misterio... y sólo servirán para aumentar la sospecha de que hay
algo ahí que las Fuerzas Aéreas no quieren que nosotros sepamos", mientras
que un reportero de la agencia Witchita escribió (en un breve editorial aparte)
que "un radar ordinario no puede detectar planetas y estrellas". Otro caso que los críticos de Libro
Azul ensalzaron ocurrió sobre las 5 de la madrugada cerca de Ravenna, Ohio, el 17
de abril de 1966. Los agentes de policía Dale Spaur y Wilbur Neff vieron un
objeto plateado discoidal con una brillante luz que emanaba de su parte
inferior, a unos 300 metros de altura. Empezaron a seguir al objeto (que a
veces descendía a unos 150 metros). Otros agentes de condados cercanos se
implicaron también en la persecución, que acabó una hora después cerca de Freedom,
Pennsylvania, a unos 50 km de distancia. Este caso llegó a los medios
nacionales, y la policía entregó informes detallados a Libro Azul. Cinco días
después, sin haber entrevistado a la media docena de agentes que participaron,
y a otros testigos, el director de Libro Azul, Héctor Quintanilla, anunció sus
conclusiones: los agentes (uno de los cuales participó con las Fuerzas Aéreas
en la Guerra de Corea) habían seguido un satélite de telecomunicaciones, y
después al planeta Venus. Esta conclusión fue rotundamente
rechazada por la policía. En su contrainforme, Hynek calificó las conclusiones
de Libro Azul como absurdas, dado que en sus informes, algunos de los agentes
habían descrito la luna, Venus y el ovni: habían notado que aquella madrugada
había una "estrella" muy brillante cerca de la luna. Se trataba de
Venus. Un congresista por Ohio, William Stanton, dijo que "las Fuerzas
Aéreas han perdido gran parte de su prestigio en esta comunidad... cuando la
gente confía en la administración y ésta no dice la verdad, se pierde esa
confianza".
La crítica de Hynek
Después de lo que él describió como un
comienzo prometedor para la investigación, Hynek estaba cada vez más
desencantado con Libro Azul durante su participación en el proyecto, lanzando
acusaciones de indiferencia, de incompetencia y de investigación mal hecha por
parte del personal de las Fuerzas Aéreas. Hynek escribió que durante la
permanencia del comandante de las Fuerzas Aéreas Héctor Quintanilla como
director de Libro Azul, "la bandera de las tonterías y el sinsentido
ondulaba en el punto más alto de su mástil". Hynek divulgó que el sargento
David Moody - uno de los subordinados de Quintanilla - "aplicó el método
de la convicción antes de la prueba. Cualquier cosa que no entendiera o no le
gustara, la ponía inmediatamente en la categoría de sucesos psicológicos. Era
un sabelotodo". Hynek relató sus amargas diferencias
con Moody cuando éste rechazó investigar las observaciones ovni a fondo,
describiendo Moody como "el maestro del posible: el posible globo, el
posible avión, los posibles pájaros... Por eso he discutido violentamente con
él repetidas veces"
BREVE RESEÑA DE EL PROGRAMA DIARIO DE LOS OVNIS (PROYECTO LIBRO AZUL)
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