Terminología
Como se ha indicado, a finales de la Segunda Guerra Mundial se vivía como posible la existencia de prototipos rápidos y muy manejables, desarrollados por otros países y nunca vistos hasta el momento. Ante la posibilidad de haber divisado una escuadrilla de dichos prototipos, Arnold se dirigió a la oficina del FBI para informar, pero la encontró cerrada. Por lo tanto acudió a un periodista llamado Bill Bequette para narrarle su observación. El piloto explicó la formación indicando que los nueve objetos tenían forma de búmeran y describió su movimientos como el efectuado por las piedras cuando rebotan sobre una superficie líquida, en concreto su palabras pueden traducirse por «un platillo lanzado a través del agua». Bequette confundió la forma en la que se movían los objetos con la forma de los objetos. El error de Bequette ha sido recogido multitud de veces por científicos como Carl Sagan (1997): «Dijeron que yo había dicho que eran "como platillos", cuando lo que yo dije fue que "volaban al estilo de un platillo"», declaró Arnold al célebre locutor Edward R. Murrow en una entrevista para la CBS, transmitida el 7 de abril de 1950.
Nuevamente Sagan (1997) hizo hincapié sobre la relación entre la confusión y las observaciones posteriores, incluso fotografías:
Mientras la explicación original se ha olvidado, el término platillo volador se ha convertido en una palabra habitual. El aspecto y comportamiento de los platillos voladores de Kenneth Arnold era bastante diferente de lo que sólo unos años después se caracterizaría rígidamente en la comprensión pública del término: algo como un frisbee muy grande y con gran capacidad de maniobra. Autores como Ricardo Campo han recogido citas más elocuentes: Muy probablemente, a partir de entonces, todas las razas alienígenas y extraterrestres que han visitado la Tierra han tenido que rediseñar sus naves interplanetarias para adaptarse al error de un periodista de un diario local de Estados Unidos del año 47.
Pese al error, las declaraciones sobre ingenios aeronáuticos no identificados aumentaron considerablemente. Ante la posibilidad de que la URSS dispusiera de aparatos desconocidos hasta el momento o que se pudiera estar violando de alguna forma el espacio aéreo estadounidense con gran impunidad, la administración de Harry S. Truman emprendió una serie de investigaciones para esclarecer los hechos. Uno de los participantes en aquellas investigaciones y director del posteriormente llamado Proyecto Libro Azul fue Joseph Allen Hynek (1977). A este astrónomo se le debe la decisión de cambiar el término "platillo volante" por el más genérico "Objeto Volador No Identificado", traducido del inglés "Unidentified Flying Object", nombre que persiste hasta nuestros días.
La disciplina que estudia o simplemente recoge los caso de ovnis se denomina Ufología. Según estudiosos de la ufología, como Fernando Frías, en todo el mundo se detectan numerosos fallos en la recopilación y difusión de los casos, como publicar que a una persona le creció un tercer testículo tras un encuentro sin haberlo verificado, por ejemplo. Tanto es así que la propia Academia Española define la ufología como "simulacro de investigación científica...".
En la mayoría de los casos estudiados por ufólogos empleando el método científico se descubrió un origen conocido. Juan Ballester Olmos (2000) señala que cuando se ha estudiado el expediente, generalmente un relato, y no se ha sido posible ofrecer una explicación, se considera un caso positivo. Por contra, cuando se puede dar una explicación se denomina caso negativo.
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